Para Fermín, Russel, Aquiles, Anfiloquio e Isaac
Hoy domingo 24 de agosto de 2008, el programa Prensa Libre que pasan en América Televisión, hizo un reportaje bastante largo y amplio sobre lo que fue el Paro de los Pueblos Indígenas. Lo sorprendente fue que, carambas, fue muy bueno, objetivo y crítico. Puso en el tapete todos los temas que de verdad estaban detrás de esta protesta en vez de buscar causas y morbos absurdos (como que Ollanta está detrás de la protesta de los indígenas) –cuestiones que se parecen bastante a la línea clásica del programa pero que esta vez cambiaron.
Ya, o sea, qué es lo que nos dice el que este programa haya pasado un reportaje así? Creo que tiene que ver con que la victoria de la protesta indígena fue victoria muchas veces y por muchos lados, y uno de los principales fue el que consiguieron que se pusiera en el debate público de los medios de comunicación cuestiones por las que, carajo, se viene luchado por años para que sean tomadas en cuenta y que todo el mundo las sepa. Es decir, por primera vez se dice de forma tan pública y clara en un medio de comunicación abierta que no sólo hay una forma de ver al desarrollo, que la forma de entender el desarrollo por los neoliberales no tiene nada que ver con la forma en que lo ven los indígenas amazónicos, unos lo ven como sacar petróleo y talar árboles, los otros lo ven como mantener el bosque que les da vivienda y sustento y en donde producen y reproducen su identidad y cultura. Es también una de las primeras veces en que se dice que el Perú es un país pluricultural, no un país con una forma de ser urbana y “correcta” y por otro lado personitas que se visten chistoso y que viven lejotes y que sólo se les ve cuando hacen sus danzas “típicas”, no, eso no es; pluricultural se refiere a que, como se vio en el Paro Indígena, hay diferentes formas de entender el mundo y de vivir la vida, que la gente es culturalmente diversa y que tienen todo el derecho de serlo y de que esto sea respetado. (Claro, lo que no se dice mucho es que si esto fuera así los neoliberales ya no pueden meter sus capitales por donde quieran ni hacer que la gente haga y consuma lo que ellos quieran, jojolete). Todo esto es un logro tremendo, y lo que es mejor, abre la puerta para logros más grandes.
Otra cosa importantísima es que fue ampliamente reconocido que la derogatoria de los Decretos Legislativos 1015 y 1073 por parte del Congreso fue una victoria transcendental DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS, y que el gobierno perdió. Esto parece estar asociado a su intolerancia y a su incapacidad en la prevención y resolución de conflictos. Todos los que más o menos estamos interesados en propuestas políticas alternativas hemos sido objeto de los insultos o persecusiones del gobierno, de la criminalización de la protesta social, y no sólo nosotros percibimos que gran parte del descontento de la población viene de esto. Pero a esto volveremos luego.
Yo me pregunto, ¿qué significa que esta medida de fuerza haya tenido un éxito tan rotundo? Es decir ¿acaso el gobierno no te va a escuchar si es que no haces una medida de fuerza tan contundente? A veces pareciera que no ¿no? Y bueno, si es así, ¿por qué el gobierno no cambió su postura y su intolerancia luego de las sucesivas protestas a nivel de todo el país organizadas por la CGTP (o mejor dicho, que la CGTP intentó articular)? ¿Será que aquí hubo más violencia o mayor peligro de una violencia incontrolable y que eso es lo necesario para que el gobierno acceda a los pedidos del pueblo?
Creo que primero hay que tomar en cuenta que fue el Congreso y no el gobierno central quienes aprobaron la derogatoria de los decretos legislativos. Esto fácil fue producto del oportunismo de varios congresistas (no de todos) para ganarse el favor de los indígenas o fácil fue una respuesta a un poder central que excedió sus funciones, un mensaje que decía: “nosotros como Congreso también tenemos poder y lo podemos usar en contra tuyo, Gobierno Central”, en realidad todas las bancadas tenían motivos para hacer eso: los fujimoristas que siempre quieren establecerse como una fuerza contundente para demostrar el poder que aún tiene su cochino líder en la política peruana, los nacionalistas que siempre son críticos al gobierno y populistas, y el resto de la derecha que ahora más que nunca le conviene ponerse a la izquierda del APRA. Por otro lado, también hay que considera que no se pidió cambiar el modelo neoliberal que constituye la praxis del actual gobierno, o por lo menos no se hizo eso expresamente, sino que se pidieron cosas puntuales y de simple ejecución: la derogación de decretos legislativos que violaban la integridad del territorio de los pueblos indígenas. La CGTP generalmente pide un cambio de rumbo en el gobierno y cuando pide cosas puntuales, la ejecución de estas excede la capacidad para la gestión pública del incompetente gobierno aprista.
Los indígenas tiene varios motivos para celebrar, pero el mayor, creo yo, es que lograron remover la escena política nacional con su lucha, que fueron actores políticos contundentes y que pusieron, como muchos han intentado pero no han podido, en jaque al autoritarismo de Alan García. Después de tantos años de trabajo por romper con la invisibilidad política y social a la que parecían estar condenados, después de tanto esfuerzo de las organizaciones indígenas y de las ONGs que trabajaban con ellos, por fin hemos podido presenciar esa lucha indígena que le dice al Perú: “aquí estamos, existimos, somos diferentes pero valemos igual, y no venimos a pedir limosna sino a reclamar lo que merecemos y lo que nos pertenece”. No creo que a Alan se le ocurra volver a meterse con lo que es esencial para ellos sin consultarles antes.
Aún hay muchos retos más para los pueblos indígenas de la Amazonía, algunos planteados por su propia lucha: ¿qué entenderá ahora el resto del Perú cuando escuche la palabra indígena y no sea un insulto, sino simplemente una palabra, una palabra que le da identidad digna a un grupo de personas? ¿Cómo estabilizarán los pueblos indígenas su protagonismo político y lo utilizarán para alcanzar el respeto y la igualdad que siempre han buscado? ¿Qué ejemplo le darán a los pueblos andinos? ¿Qué articulaciones establecerán con estos?
Pero, con todo y todo, fue una tremenda victoria para ellos, a mí particularmente, como joven de izquierda me da tremenda alegría ver que un pueblo luche, no se amilane, y que en ese luchar consiga sus derechos. Me parece también una tremenda victoria para la democracia en el Perú, no por el enfrentamiento, sino porque el espectro político se sincera cada vez más, participan los que desean participar y hablan los que desean hablar pero que los habían querido ocultar. ¡Sorpresa! La selva no es un espacio vacío, y los indígenas dejan los museos en donde los quisieron exhibir como algo exótico y no peligroso, los dejan para entrar a la arena política, sitio que siempre les correspondió, y por eso, ¡felicitaciones!
Reportaje a la mitad del Paro
Congreso Deroga los Decretos Legislativos 1015 y 1073
Bagua Celebra 1
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